«La Pirámide del Alma: un mapa hacia lo que somos»

La Pirámide del Alma
«La Pirámide del Alma: un mapa hacia lo que somos»

«La Pirámide del Alma: un mapa hacia lo que somos»

Hola a tod@s, pues sí, llegó el día, el momento de empezar a escribiros el capítulo/artículo 40 consecutivo de esta comunidad o blog personal: @elblogdejorgeesquirol.

¿Cómo ha ido tu/vuestra semana? Ya es viernes y el fin de semana está por delante, en el que espero que no solo descanséis, los que libráis, sino que los que os toque trabajar disfrutéis de vuestro trabajo y de los ratos libres cuando acabe vuestra jornada.

Hoy, siendo un día tremendamente especial para mí, por tener el privilegio, la salud, la vida y la ilusión para poder escribiros el, como os digo, capítulo número cuarenta y consecutivo, fiel a mi cita de cada viernes, he decidido hablaros a través de mis líneas de mi nuevo libro editorial: «La Pirámide del Alma», de cuáles fueron mis ideas, impulsos, decisiones personales, de cómo decidí finalmente decidirme a escribir este segundo libro, de lo que me llevó a su concepción, idea, esfuerzo, actitud y aptitud, y sobre todo haceros partícipes y compartir mi experiencia personal con todos vosotros.

Hay libros que se planean y se escriben con calendario, con estructura y con estrategia, pero también existimos los escritores cuyos libros se abren paso en nuestra creatividad como autores y, como es mi caso y en este caso, que vienen por sí solos, como si vinieran con una misión entre manos. «La Pirámide del Alma» pertenece a esta segunda categoría.

Durante el último año, mientras mantenía este blog como un espacio para compartir ideas, intuiciones, momentos de claridad o de sombra, había algo dentro de mí que iba tomando forma en silencio. No era una idea concreta, sino una sensación persistente y repetitiva, la de que nos estamos alejando cada vez más de nosotros mismos.

Lamentablemente observaba cómo vivimos hacia y por los demás, descuidándonos en la mayoría de las ocasiones de nosotros mismos. Observaba en mi entorno más cercano y lejano que «el qué dirán», que nuestra imagen externa, era más importante que la interna y que estábamos descuidando el observarnos a nosotros mismos, viviendo y observando más el «afuera» que el «adentro». A esto, y como añadido, pude analizar que, en medio de esa velocidad, de esa hiperconexión constante, nos estábamos olvidando por completo de algo esencial: «el alma».

No hablo del «alma» como concepto religioso o filosófico, hablo de esa parte de nosotros que sabe, que siente, que intuye, de esa que nos hace cerrar los ojos ante una canción, o que nos hace llorar sin explicación cuando algo nos toca el corazón y los sentimientos. Hablo de ese «alma», que aparece en los silencios, en los vacíos, en los límites de nosotros mismos.

Una noche, en muchos de mis ratos de soledad, de reflexión, de meditación y silencios personales, recordé a mi padre, un estudioso y gran amante de la egiptología y de las controversias que teníamos, porque yo siempre me incliné por la cultura Maya y Azteca y no la egipcia. Pero en esas «controversias» que teníamos ambos, nos nutrimos los dos, definiendo nuestro camino y respetando, como siempre, nuestros gustos y decisiones. Esa misma noche, tras horas en silencio y con mis recuerdos como compañeros, justo antes de ir a dormir, recordé Chichén Itzá, la península de Yucatán, y me reafirmé en mi admiración y amor por el país azteca, cosa que me viene desde muy pequeño, sin aún pisar sus tierras ni conocer la Nación.

Al irme a dormir aquella noche, justo soñé, no solo con México, con mi última estancia allí, sino también con grandes amigos míos mexicanos, que conocí hace demasiados años, y en ese sueño confuso se repetía el templo del Dios Kukulcán, La pirámide de Chichén Itzá, alta, serena, brillante desde dentro. No soy capaz de entrar en detalles porque el sueño era confuso, pero lo que sí recuerdo con una nitidez asombrosa, es que no era una imagen cualquiera.

Al despertar, tuve la certeza de que ese sueño era una señal, que en él residía algo que debía escuchar, que esa pirámide no era solo un símbolo, sino un mapa, un mapa del alma.

Y así comenzó, el viaje editorial y el proceso de escritura de este mi segundo libro, sin que yo lo buscara, ni mucho menos lo esperara.

La Pirámide del Alma, es un libro que quise escribir para y por México. Bien es cierto que es un libro para cualquier lector del mundo, pero el primer día que arranqué la primera letra y frase, pude comprobar que me invadía la ilusión que sentía, y cómo escribía visualizándome allí, en la Península de Yucatán, cómo dentro de mí la magia brotaba al escribir cada capítulo… Bien es cierto que se escribió en momentos robados al tiempo, en madrugadas de silencios evocadores, en retiros sin conexión, en viajes interiores donde las palabras no llegaban desde la razón, sino desde algo más profundo. Fue un proceso íntimo, muchas veces incómodo, otras veces luminoso, pero siempre honesto, y cuanto más avanzaba, más comprendía que no estaba escribiendo para contar algo, sino para recordar algo. Llegué a la conclusión de que no estaba escribiendo pensando en el futuro lector, sino que lo estaba haciendo ante todo y primero para mí, y posteriormente para quien lo leyera después.

Cuando puse el punto final al manuscrito original y antes de mandárselo a mi agente y a mi editorial, tenía 430 páginas. Eso me creó una satisfacción tremenda por un trabajo literario bien hecho, pero a la vez me creó una incertidumbre, y decidí que lo leyera mi asistente personal. Y no llegó ni a la mitad del libro porque, tal como sospechaba, era muy denso en contenido, de culturas y lenguas indígenas, y no era un libro para cualquier tipo de público.

Mi gran trabajo en este segundo libro fue reducir lo máximo su extensión, obviando las cosas más densas, pero sin que perdiera su verdadera esencia y propósito.

Hoy, al escribir este capítulo número 40 del blog, me doy cuenta de que no podía haber llegado en mejor momento. Cuarenta no es solo una cifra o un número, es madurez, es un ciclo cumplido, un punto de inflexión, y este capítulo es, de alguna manera, un nuevo comienzo, porque este libro no es un cierre, sino una nueva apertura, una invitación.

No sé si «La Pirámide del Alma» llegará a hacer reflexionar y cambiará vidas, ojalá fuera así, pero de lo que estoy seguro es que se ha escrito con la esperanza de hacer el bien, de acompañar y hacer compañía, de ser una linterna en medio del ruido que tanta oscuridad nos proporciona a veces. Y también creo que, si has llegado hasta aquí, hasta este preciso momento de este nuevo capítulo de mi blog personal, si estás leyendo esto, quizá no sea por casualidad, quizá tú también estés sintiendo que hay algo que necesita volver a despertar, como me pasó a mí.

Por eso, hoy no te invito a comprar mi libro, te invito a darte un regalo, a dejarte acompañar por sus páginas, a descubrir una pequeña parte de esa maravilla del mundo llamada Chichén Itzá, a sumergirte en la Península de Yucatán, México y a leer sin prisa, a sentir cada palabra, cada frase, cada capítulo y, sobre todo, a reencontrarte contigo mismo.

Permítete el gesto más simple y a la vez más profundo: darte este libro como regalo. No como un producto más que se compra, sino como una llave, una pausa, una caricia, un abrazo…

Porque todos necesitamos, alguna vez, un libro que nos devuelva a casa.

Y si después de leerlo, algo dentro de ti se ilumina, se enciende, se transforma o comprende… entonces habrá valido la pena cada palabra, cada silencio, cada página escrita y mi viaje personal como escritor de este mi segundo libro. Porque, sí, yo soy mi prioridad, pero tú y vosotros también lo sois.

Gracias por siempre ser y estar, por seguir este camino conmigo y a mi lado y por ser parte de este espacio que no deja de transformarse.

Este capítulo 40 no es mío, quiero que sea y lo haga tuyo también.

Gracias por acompañarme hasta aquí, y si decides emprender este viaje conmigo, gracias por la intención y la confianza.

Hoy, no va a haber la posdata clásica de cada viernes y capítulo, porque quiero concluir, justamente aquí, diciéndoos a tod@s y cada uno de vosotros, de todas las partes del mundo que me seguís y me leéis, que os quiero y os abrazo, con toda mi “alma”.

Jorge Esquirol
@elblogdejorgeesquirol

Puedes encontrar «La Pirámide del Alma» y «The Pyramid of the Soul» en la pestaña “Tienda Online” de esta mi web: www.jorgeesquirol.com
O entrando en www.jorgeesquirolauthor.com,
donde tendrás promociones exclusivas en ambas que no encontrarás en las grandes superficies y en las principales librerías físicas y online, donde también lo tienes a tu disposición.

PACK 2 LIBROS / 28€
🌟REFLEXIÓN & ALMA 🌟

No hay ninguna forma de pago conectada. Contacta con el vendedor.

Déjate tocar por las palabras y el alma de Jorge Esquirol con este pack único que une sus dos obras más íntimas y transformadoras: 

📚 Incluye:

✔️ Te regalo mis pensamientos – Un viaje poético y emocional que abraza el dolor, la pérdida y la esperanza.
✔️ La pirámide del alma – Una obra introspectiva que invita a conocerte, reconstruirte y avanzar desde lo más profundo de ti mismo.

🎁 Pack exclusivo de autor por solo 28 € (precio especial frente a los 34 € habituales).

Llévate ambos libros con dedicatoria personalizada y sumérgete en una experiencia literaria que transforma, consuela y despierta. Ideal para regalar… o regalarte.