Hoy no es un día cualquiera.
Hoy, las palabras pesan diferente.
Hoy, el corazón me late más fuerte.
Hoy, este teclado no solo escribe… agradece, celebra y honra.
Porque este capítulo número 50 no es solo un número redondo, bonito o simbólico.
Es la historia viva de un compromiso, de un sueño personal que se convirtió en un hábito, de un blog personal, que empezó siendo mío y que hoy… es de todos, tuyo y nuestro.
50 capítulos después…
Cincuenta semanas, cincuenta viernesBlog.
Cincuenta publicaciones sin faltar.
Cincuenta momentos en los que elegí abrir mi alma, escribir con el corazón y compartir lo que siento, lo que pienso, lo que aprendo, ¿pero sabéis lo más importante? Que han sido, sobre todo, 50 oportunidades de conectar contigo.
Este blog no ha sido solo un proyecto personal, ha sido mi salvavidas en días grises, ha sido un grito de libertad, un abrazo extendido a través de palabras, y tú has sido parte de todo eso.
Sí, tú.
Tú que estás leyendo ahora mismo, desde cualquier lugar del mundo.
Gracias por estar aquí, gracias por formar parte de este viaje, porque sin pretenderlo, este mi blog, @elblogdejorgeesquirol, se convirtió ya hace meses en una comunidad sin fronteras.
Jamás imaginé, cuando arranqué a escribir mi primer capítulo que cada viernes, llegaría a lugares tan diversos:
Desde los cafés tranquilos de Buenos Aires hasta las luces intensas de Tokio, desde las montañas de Colombia hasta los atardeceres mediterráneos de Italia.
Desde los corazones apasionados de México hasta la calidez de mi país España, pasando por Alemania, Suiza, Dinamarca, Rumanía, Perú, Chile, Venezuela, Estados Unidos, Argentina, Francia, Uruguay, Panamá, Canadá, Brasil… y muchos países más.
Cada uno de vosotros ha sido una chispa en este fuego que sigue encendido y con más fuerza que nunca.
Cada lector, para mí, ha sido un susurro de aliento, una presencia silenciosa, en la cercanía o en la distancia, pero tremendamente poderosa.
Cada país, cada ciudad, cada clic, cada mensaje… me han hecho sentir acompañado, escuchado, abrazado.
Un blog personal puede parecer algo simple, un puñado de palabras publicadas cada semana, pero la verdad es que juntos hemos construido mucho más que eso.
Hemos logrado construir una comunidad, un refugio, un espacio seguro, un lugar donde las emociones y la verdad no se han escondido, donde la vulnerabilidad no se ha juzgado, donde las experiencias se comparten y el crecimiento personal se celebra.
Aquí hemos hablado de amor, de pérdidas, de sueños, de caídas, de sanaciones lentas, hemos explorado el miedo, la ansiedad, el autoconocimiento.
Hemos reído y llorado con letras y juntos.
Hemos recordado lo poderosas que pueden ser las palabras cuando se usan con verdad.
Cada capítulo de este blog ha sido escrito con una intención personal, con una mezcla de corazón, tiempo, energía y vulnerabilidad y actitud.
Y tú, que estás del otro lado de la pantalla, lo has recibido de una forma que nunca imaginé.
Gracias por tu tiempo, por tu atención, por tus comentarios.
Gracias por las veces que compartiste un capítulo que te conmovió.
Gracias por esos mensajes privados que me decían «lo necesitaba justo hoy».
¿Sabes lo que eso significa para alguien que escribe desde el alma?
Todo… Absolutamente todo.
Escribir durante 50 semanas seguidas no es solo una cuestión de disciplina.
Es un acto de amor.
Un compromiso con mi propósito.
Un pacto conmigo mismo, pero también contigo y con todos vosotros.
Hubo semanas en las que estuve tentado a no publicar, semanas de enorme cansancio, de dudas, de miedo al vacío.
Semanas en las que pensé: «¿Y si esta vez no lo hago?»
Pero algo me empujaba siempre a volver a sentarme, a escribir.
Y ese «algo»… siempre fuiste tú.
Tu presencia me ha dado fuerza.
Tu lealtad me ha regalado sentido.
Tu lectura ha sido el combustible y la energía que ha mantenido vivo este blog, durante cincuenta capítulos consecutivos.
Hoy no celebro un número… celebro una historia compartida.
Hoy levanto esta copa simbólica para brindar contigo.
Sí, contigo que estás leyendo esto quizás desde la cama, en el trabajo, en el transporte, en medio de una pausa.
Porque este logro no solo es mío, es nuestro.
Celebro la constancia, celebro el corazón que le hemos puesto, celebro cada palabra que resonó en ti, celebro cada texto que nació desde mis entrañas, celebro el camino recorrido y todo lo que está por venir, si Dios quiere.
Porque si hemos llegado hasta aquí, es porque esto tenía que suceder.
Si os soy sincero, no sé cuántos capítulos más escribiré.
No sé cuántos temas nuevos tocaré.
Lo que sí sé, es que mientras tú sigas ahí, yo seguiré aquí.
Escribiendo para ti, escribiendo por mí.
Escribiendo por todos los que alguna vez sintieron que estaban solos y encontraron en este blog una señal de que no lo estaban.
Vienen nuevas ideas, nuevas secciones, nuevas formas de conectar.
Y tú sigues siendo el motor.
Hoy solo quiero decirte GRACIAS:
Gracias por tus ojos que leen, gracias por tu alma que siente,
Gracias por tu presencia silenciosa que lo cambia todo.
Gracias por ser parte de esta comunidad de soñadores, de buscadores, de seres sensibles que siguen creyendo en el poder de las palabras, de la verdad y de la vida.
Este blog ha crecido gracias a ti, yo he crecido gracias a ti.
Y si alguna vez, aunque sea una sola vez, mis palabras fueron un alivio para ti… entonces todo esto ha valido la pena.
¿Y ahora qué?
Ahora te invito a que sigas aquí.
A que sigamos caminando juntos.
A que invites a otros a este espacio.
A que compartas lo que vibre contigo.
Y si alguna vez sientes que quieres devolverme algo, no hace falta mucho:
Léeme… coméntame, escríbeme como tantos ya lo han hecho y comparte este blog con quien lo necesite.
Porque el mayor regalo que puedo recibir… es que esta comunidad crezca aún más, florezca, y siga tocando almas.
Permitidme despedirme hoy con unas últimas palabras que estoy sintiendo ahora mismo.
A veces nos preguntamos si lo que hacemos tiene sentido.
Si alguien lo nota, si nuestras pequeñas acciones son válidas.
Este blog, esta comunidad, esta celebración de 50 capítulos consecutivos… es la prueba de que sí.
Sí vale… Sí importa…
Gracias a tod@s, gracias por estar, gracias por seguir, gracias por creer y simplemente por ser todos y cada uno de vosotros parte de mi vida y por ser maravillosos.
Hasta el próximo capítulo.
Con toda mi admiración y cariño,
Os abrazo y os quiero,
Jorge Esquirol.
@elblogdejorgeesquirol