Hola a tod@s, la verdad es que la lucha con Jorge ha sido complicada, porque, aun por consejo médico, debía reducir el estrés y reposar. Y tras hacernos pensar a todos los que estamos a su lado, y no queriendo faltar a su cita de todos los viernes con todos vosotros, ha querido, a través de un audio y a través de mí como transcriptora, escribiros un nuevo capítulo de la que apodó Susana, la sociedad o comunidad de @elblogdejorgeesquirol.
Antes de empezar a escribiros este capítulo inédito, por la forma y decisión en consenso entre todos los que le echamos una mano y estamos al lado de Jorge, quiero expresaros en su nombre las gracias, lo agradecido que está a todos los que habéis contactado con él para preguntar qué pasaba. Deciros también que aún no ha respondido a muchos de vosotros porque no puede exponer su visión a dispositivos móviles mucho tiempo. Por el bien de su visión y para bajar el estrés, es una de las premisas que le han marcado sus doctores, para poder afrontar con fiabilidad todo lo que, si Dios quiere, viene por delante.
Y ahora sí, Jorge os tiene preparado un capítulo, como os digo, especial, porque, para mí, es como transcribir un audiolibro (esto me atrevo a ponerlo yo misma, no es de él).
Vamos allá.
La Generación Cristal, ¿Frágiles o Poderosos?
Casi todas las generaciones han sido apodadas o «tildadas» con un nombre. Si uno escucha la expresión Generación Cristal, lo primero que viene a la mente es la imagen de alguien que se ofende porque el wifi tarda más de cinco segundos en conectar. Esa es la caricatura o significado fácil, la que circula por redes sociales con memes de dinosaurios diciendo: «En mis tiempos nos caíamos de la bici, nos rompíamos la pierna y nos levantábamos con una sonrisa.»
Lo curioso es que esa misma frase suele venir escrita en el móvil último modelo, desde la comodidad del sofá y con una mantita de polar encima. Pero claro, siempre tiramos desde los recuerdos y propias vivencias, apoderándonos de ese típico «antes todo era mejor».
Pero, ¿qué es realmente la Generación Cristal?
La Generación Cristal (jóvenes nacidos entre finales de los 90 y principios de los 2010) ha sido etiquetada como la más frágil, la más quejica, la más políticamente correcta. Se les acusa de no saber gestionar la frustración, de indignarse por cualquier cosa y de necesitar siempre un espacio seguro donde no se les hieran los sentimientos. Básicamente, mucha gente piensa que es «una panda de quejicas con el superpoder de ofenderse por un mero chiste».
Pero vamos a girar de una manera quizá un poco drástica el texto, observándolo y cambiando el objetivo de nuestra visión de angular a gran angular. ¿Qué pasa si miramos con otra óptica, que nos diera una visión más certera al ser más amplia, no solo la visión, sino nuestro análisis de esta generación y de nuestros jóvenes?
Quizás no estaríamos ante una generación frágil, sino ante la primera que se atreve a decir:
«Oye, igual vivir con ansiedad permanente no es lo normal.»
Son los jóvenes que han crecido en un mundo hiperconectado, donde las redes sociales, la globalización y la inmediatez han cambiado su forma de ver la vida. La salud mental y la justicia social son sus banderas. Pero claro, todo esto molesta a quienes crecieron bajo algún tipo de dogma, distanciado del pensamiento actual.
Vosotros, ¿creéis que la llamada Generación Cristal, nuestra juventud de hoy en día, es hipersensible o hiperconsciente?
Se suele decir que esta generación se ofende demasiado. Pero si miramos con atención, ¿no es acaso positivo que nos ofendamos ante la injusticia? ¿No es saludable cuestionar prácticas abusivas que se puedan normalizar? Tal vez el problema no sea que la Generación Cristal es frágil, sino que las generaciones anteriores estaban acostumbradas, al no tener los medios actuales de nuestra juventud, a una rutina totalmente diferente y distinta de la actual.
Hablemos sobre la salud mental: Antes, la depresión y la ansiedad eran temas tabú. Hoy, la Generación Cristal busca terapias, habla abiertamente del bienestar emocional y rechaza la idea de que «ser fuerte» significa ocultar el dolor, y eso me parece realmente increíble.
Toquemos el trabajo y la explotación laboral: Para los jóvenes de esta generación, trabajar 12 horas diarias por un salario miserable no es un motivo de orgullo, sino de indignación, y estoy totalmente de acuerdo con ellos.
Mientras las generaciones anteriores normalizaron el agotamiento como sinónimo de éxito, la Generación Cristal dice: «Mi bienestar vale más que tu nostalgia laboral».
Lucha por las injusticias: No, no es «ser demasiado sensible» señalar injusticias. Es ser consciente de la necesidad de un mundo más equitativo. La Generación Cristal no se conforma con la vieja excusa de «así ha sido siempre». En mi país, España, nuestros jóvenes han dado un golpe en la mesa y lo siguen dando, mostrándonos la realidad de unión entre ellos. Un claro ejemplo fue en la Comunidad Valenciana, en todas las zonas afectadas por la riada provocada (dejemos de llamarla ya «Dana», porque la dana es un fenómeno meteorológico de corrientes frías provenientes del Atlántico al oeste de la península, que, desplazándose hacia el este y juntándose con la evaporación cálida del Mediterráneo, chocan y provocan ese fenómeno llamado «Dana»; pero curioso, ¿cierto?, en esas zonas no estaba lloviendo).
Allí acudieron en masa a ayudar, a poner sus manos y su corazón a todos los que lo necesitaban, y fue realmente admirable.
Pero este capítulo no os lo estoy grabando o dictando a mi transcriptora para hablaros de la Dana, sino para hablaros de nuestros jóvenes, de la valía que tienen y de nuestro deber de saber aconsejarles, siempre respetando su punto de vista, porque su valentía traspasa fronteras y su voluntad, almas.
Un choque generacional inevitable
Cada generación ha sido criticada por la anterior. A los hippies los llamaron vagos, «fumetas»; a los punkis, «delincuentes»; y a los millennials, narcisistas con síndrome de Peter Pan. Ahora es el turno de la Generación Cristal.
Pero, nunca olvidemos que si la historia nos ha enseñado algo, es que las generaciones que incomodan suelen ser las que cambian el mundo.
Lo que muchos ven como debilidad, en realidad es evolución. La Generación Cristal no quiere ser de acero si para ello hay que tragarse la mierda en silencio. Prefiere romperse, llorar, ir a terapia, reconstruirse, luchar. ¿Eso es fragilidad o es valentía? ¿Es debilidad o es conciencia?
Y si seguimos con el argumento de que «antes las cosas eran mejores», preguntémonos: ¿de verdad nos queremos quedar en ese pasado, queremos volver a él, perdiéndonos y no estando al lado en el hoy, de nuestra juventud, que quizá nos necesite?
Es cierto que siempre hubo tiempos mejores, pero ellos son el futuro, y nuestro deber como sociedad mundial es estar junto a ellos y analizar su visión, desde nuestra experiencia pasada, sin por supuesto dejar nuestros recuerdos, pero sí estando y guiándolos en su camino. Porque en esa Generación Cristal, hay muchísimos valientes, hay muchísimo talento y muchísima potencia, aparte de los restos de cristales rotos de alguno que se rompe por cualquier idiotez. Pero decidme, ¿cuándo y en qué generación no hubo eso? Los tontos han abundado siempre y seguirán perpetuando este legado.
Las redes sociales están llenas de opiniones sobre la Generación Cristal. Algunos los defienden como los portadores del cambio, mientras otros los ridiculizan como «excesivamente sensibles». ¿Quién tiene razón? Quizás la pregunta no debería ser si son frágiles o no, sino si nosotros estamos preparados para aceptar que el mundo ya no es el mismo de hace 30 años.
Si quieres entender mejor a la juventud de hoy y su impacto en el futuro, he querido grabar, escribiendo en mi mente, este artículo solo para ti y para todos vosotros.
Como reflexión final: El cristal no es debilidad, es transparencia.
Tal vez sea hora de dejar de ver la fragilidad como un defecto y empezar a entenderla como una virtud. El cristal puede romperse, sí, pero también deja pasar la luz, permite la claridad y refleja la realidad tal cual es. La Generación Cristal no tiene miedo de mirarse en el espejo y cuestionar lo que no funciona. Y eso, lejos de ser una debilidad, es una fortaleza que muchos otros nunca se atrevieron a tener.
Así que antes de criticar a esta generación, a nuestra juventud, por «ser demasiado sensible», quizás deberíamos preguntarnos: ¿y si el problema nunca fue la fragilidad, sino la falta de empatía?
A toda esta generación de jóvenes, de cualquier lugar del mundo, hoy os quiero mandar un aplauso, un bravo, porque estáis soportando cosas que en nuestro tiempo nunca hubiéramos soportado, pero sobre todo porque estáis levantando la voz, sin miedo, porque tenéis claro que la verdadera justicia es luchar contra la eterna injusticia y opresión a la que os someten.
Sois grandes, valientes y sí, «frágiles», como lo fuimos, somos y seremos todos, porque somos seres humanos, pero sobre todo sois nuestra esperanza, nuestra evolución y nuestro espejo de futuro.
Y para concluir, la o las preguntas obligadas que siempre os hago en cada artículo/capítulo de cada viernes.
¿Qué opinas tú sobre la Generación Cristal? ¿Son frágiles, valientes o simplemente diferentes?
Comparte este artículo si crees que es hora de romper prejuicios… aunque sea con cuidado, que las cosas frágiles también pueden ser hermosas y sobre todo «poderosas».
Jorge Esquirol.
@elblogdejorgeesquirol
Posdata:
Quiero ante todo dar las gracias a mi transcriptora, que la pobre lo ha tenido que pasar mal, (no lo he pasado, Jorge), y te doy las gracias por la oportunidad brindada de echarte una mano.
Gracias, Xavi, porque nos volvimos locos para pensar cómo poder llevar a cabo el propósito de cumplir mi cita con todos mis lectores, y la verdad es que fue sorprendente en un momento todas las ideas que salieron de cada uno de nosotros.
El gran Óscar Fábrega ya está inmerso en la maquetación de mi segundo libro editorial, «La Pirámide del Alma», qué placer poder volver a ese primer viaje editorial de mi primer libro:
«Te Regalo mis Pens(ai)mientos», y que seas tú mismo el encargado del proceso final, antes de dar ese «ok» definitivo y tan comprometido, pero maravilloso a la vez, y mandarlo a imprenta.
Gracias, María, por también externamente, ofrecer tu ayuda.
A todo mi equipo que se está preocupando por mí, a toda mi gente buena de todo el mundo: Nelly, Isa, Alicia, Ricard, Chris, David, Mery, Alicia M., no me olvido de ti y de ese «deja el móvil y haz caso a los médicos».
Por cierto, quiero hacer una mención especial a la doctora Mercader, mi doctora de confianza, por superar con tesón, valentía y esfuerzo todo el proceso de la cirugía, postoperatorio y rehabilitación, y tras meses regresar a su consulta. ¡Bravo, Doctora!, ya «de un día menos», pasaremos a «un día más».
Gracias a la vida, por seguir poniéndome en el camino a personas maravillosas. En este caso, y hablando de doctoras, quiero mencionar a alguien que sé que me va a ayudar y mucho, de hecho, ya lo está haciendo: a usted, Dra. Carmen Vilella, porque usted pertenece a esta generación, a esta juventud, y me demostró en la consulta el pasado lunes que «la Generación de Cristal» es potencia de sabiduría pura, y más en su caso, y que el cristal es demasiado consistente para romperse.
Y para finalizar, dos puntos más: comunicaros que el segundo programa de mañana sábado de «Confidencias en la Noche», con mis amigos y compañeros del 062esporTI, queda «aplazado», que no «suspendido». Y ya puestos, y hablando de la Guardia Civil Española, quiero expresar mi apoyo a la Comandancia de Baleares y Oviedo, a Jucil y especialmente a Jucil Vizcaya, por su complicidad. Quiero expresarles a todos ellos, como a la Policía Nacional, a todos mis grandes amigos de las FCDSE, todo mi apoyo y solidaridad, ante tal ultraje por parte de los de siempre. Ni vosotros, ni multitud de nosotros, vamos a permitir que os denigren de esa manera y os falten el respeto de ese modo. Fuerza y Honor.
Feliz fin de semana a tod@s y, como siempre os deseo:
«Sed muy felices, por favor»
Jorge Esquirol.