«Reírse de la vida, (y de uno mismo)»

Reírse
«Reírse de la vida, (y de uno mismo)»

Como está el patio… cuánta controversia… cuánta violencia… cuánta falta de educación y valores y cuánto odio…

Disculpadme que comience así este nuevo artículo, ya el número 65 consecutivo, pero sinceramente es la triste y lamentable realidad, y no “no hay más tonto que el que no quiere ver”.

La vida es un escenario donde todos, de una u otra manera, actuamos sin un guion preestablecido. A veces nos tomamos las cosas demasiado en serio, preocupándonos por los errores que ya ocurrieron en un pasado o por los que imaginamos que nos puedan suceder, como si fuéramos adivinos o incluso dioses.

Pero hay algo importante en esta reflexión y nuevo artículo: en la mayoría de nuestros propios delirios, paranoias o como le queráis llamar, nos olvidamos de que, en realidad, la vida es también un juego, y que la risa y la capacidad de reírnos de nosotros mismos y de nuestras circunstancias es uno de los actos más inteligentes y valientes que podemos practicar, aparte de sano y saludable.

Reírse de la vida no significa ignorar lo serio, no significa negar las dificultades. Lo que verdaderamente significa es abrirse a la alegría, a la sorpresa y al humor que están presentes en lo cotidiano y en las pequeñas cosas de nuestro día a día.

Un tropiezo, una frase mal dicha, una situación inesperada que nos hace fruncir el ceño… todo eso puede transformarse en motivo de sonrisa si elegimos mirar con ojos de humor. Y os puedo asegurar que ahí radica un poder enorme en esa elección, porque ciertamente nos recuerda que, al final, somos humanos, imperfectos, llenos de contradicciones, y que eso es precisamente lo que nos hace interesantes y bellos.

Hay algo profundamente liberador en aceptar nuestras imperfecciones. Cada error, cada momento torpe, cada decisión dudosa es una oportunidad para reírnos y aprender a la vez. Cuando dejamos de juzgarnos con severidad y empezamos a mirarnos con compasión y, sobre todo, con una pizca de humor, descubrimos que la vida no es un examen, sino una danza o un baile al que nos podemos unir…

Una danza que podemos disfrutar más si no estamos obsesionados con el o los resultados.

Reírse de uno mismo también nos conecta de una manera mucho más poderosa con los demás. Cuando mostramos nuestra vulnerabilidad con una sonrisa, invitamos a otros a relajarse, a quitarse la máscara de la perfección y a reconocer que todos estamos navegando las mismas aguas con más o menos torpeza.

La risa, contagiosa en muchas ocasiones y compartida, construye puentes invisibles de complicidad y empatía, recordándonos que no estamos solos, aunque a veces nos lo parezca.

Es fascinante observar cómo los pequeños momentos pueden disparar nuestra risa: una conversación absurda, un gesto inesperado, una coincidencia que parece sacada de un guion “Felinesco”.

La vida está repleta de microinstantes que, si los miramos con atención, nos recuerdan que el humor y la alegría no son lujo, sino herramientas esenciales para vivir mejor.

Cultivar esa mirada nos hace más resilientes, más ligeros, más capaces de disfrutar incluso cuando el mundo parece que se está despedazando y se nos vuelve o lo sentimos pesado.

Y no es solo cuestión de diversión. Reír tiene un efecto físico, emocional y profundo: nos llega a liberar tensiones, activa endorfinas, alivia el estrés y nos ayuda a mantener la claridad mental.

Por eso los grandes sabios de la historia decían que una sonrisa bien situada puede ser más poderosa que cualquier consejo filosófico, y qué gran razón tenían. Porque la risa, como la música o la poesía, toca algo más allá de la razón: nos toca el alma.

Aceptar nuestra humanidad, con humor, también nos da valentía. Nos permite tomar riesgos, equivocarnos y seguir adelante sin que el miedo a la crítica nos paralice. Nos hace conscientes de que no somos dioses ni héroes de novela, tan sólo somos seres en construcción y en permanente transformación y cambio, aprendiendo de cada uno de nuestros pasos y acciones.

Y eso, queridos amig@s y lector@s, ya es suficiente motivo para sonreír.

Reírse de la vida es, en esencia, una forma de libertad: de libertad de expectativas, de eximirnos de juicios externos, de una perfección impostada. Es llegar a la conclusión de que la felicidad no reside en controlar todo, sino en aprovechar cada instante con ligereza y atención.

Es un recordatorio de que, aunque el mundo nos presione para ser serios, productivos o correctos, siempre podemos elegir el humor como compañero de vida.

Y a veces, reírnos de nosotros mismos nos revela verdades profundas, nos recuerda quiénes somos en realidad, qué valoramos y qué nos hace verdaderamente felices. Nos enseña que la vida es efímera, y que ninguna preocupación merece robarnos la capacidad de disfrutarla. Que la imperfección es belleza, y que la vulnerabilidad es fuerza. Que un corazón ligero puede enfrentar desafíos con más claridad y resiliencia que uno cargado de gravedad y solemnidad.

La risa, por tanto, no es frivolidad. Todo lo contrario: es inteligencia emocional, fuerza vital y un gran acto de conciencia. Es un recordatorio de que, aunque la vida pueda ser complicada, siempre existe un espacio donde podemos elegir ver la ligereza, sentir las maravillas que nos ofrece el camino y disfrutar de nuestra humanidad en plenitud.

Reírse de la vida es, en cierto modo, reírse con la vida, acompañarla, abrazarla con complicidad y alegría.

Ahora cierra los ojos un instante y piensa en la última vez que te reíste de ti mismo. Y como siempre, te quiero preguntar:

¿Qué sentiste?…

Esa risa es un regalo que solo tú puedes darte, y al mismo tiempo, un puente hacia quienes te rodean, porque la alegría es contagiosa y puede transformar un día gris en un recuerdo brillante, con un arcoíris inolvidable.

No esperes grandes eventos para sonreír. Encuentra el humor en lo pequeño, en lo inesperado, en lo absurdo. Cada instante que eliges reír es un acto de valentía y de amor por la vida.

Y recuerda: reírse de uno mismo no nos hace menos serios, sino más humanos, más reales, más nosotros y conscientes.

Te invito a compartir en comentarios: ¿qué momento reciente te hizo sonreír de verdad?…

Tu historia puede inspirar a otros y multiplicar la alegría.

Feliz viernes y fin de semana a tod@s.

Os abrazo, desde Bucarest, con todo mi amor.

Jorge Esquirol.
@elblogdejorgeesquirol.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

PACK 2 LIBROS / 28€
🌟REFLEXIÓN & ALMA 🌟

Lo último del blog

PACK 2 LIBROS / 28€
🌟REFLEXIÓN & ALMA 🌟

No hay ninguna forma de pago conectada. Contacta con el vendedor.

Déjate tocar por las palabras y el alma de Jorge Esquirol con este pack único que une sus dos obras más íntimas y transformadoras: 

📚 Incluye:

✔️ Te regalo mis pensamientos – Un viaje poético y emocional que abraza el dolor, la pérdida y la esperanza.
✔️ La pirámide del alma – Una obra introspectiva que invita a conocerte, reconstruirte y avanzar desde lo más profundo de ti mismo.

🎁 Pack exclusivo de autor por solo 28 € (precio especial frente a los 34 € habituales).

Llévate ambos libros con dedicatoria personalizada y sumérgete en una experiencia literaria que transforma, consuela y despierta. Ideal para regalar… o regalarte.